Nº398
El uso de betabloqueantes durante el mes siguiente a un infarto agudo de miocardio reduce el riesgo de muerte. Sin embargo, la prolongación del tratamiento no parece asociarse con una reducción de la mortalidad y, de hecho, la suspensión del tratamiento tras un año no se asocia con una mayor mortalidad global a los cinco años. Estos resultados ponen cuestionan la utilidad del tratamiento prolongado con betabloqueantes después de un infarto agudo de miocardio en pacientes sin insuficiencia cardíaca o disfunción ventricular izquierda.