Nº444
Un viejo problema de salud, bien conocido, pero no bien resuelto todavía en la actualidad, consiste en la baja adherencia de los pacientes a los tratamientos crónicos. Tal problema conduce a uno mayor: el incremento del riesgo de morbimortalidad y del consumo de recursos. La falta de adherencia afecta considerablemente, por ejemplo, al objetivo del tratamiento de patologías como la enfermedad cardiaca isquémica y el ictus, que ya de por sí aumentan considerablemente la mortalidad de quienes lo padecen; se ha estimado que ésta alcanza el 57% al cabo de 24 meses ante una mala adherencia.
Un grupo de organizaciones farmacéuticas noruegas, apoyándose en el resultado satisfac