Nº470
Los sistemas sanitarios de todo el mundo, con escasos recursos, se enfrentan a fuertes presiones para satisfacer las crecientes necesidades de las poblaciones. Abordar la cobertura sanitaria universal en sus tres dimensiones (quién está cubierto, qué servicios se proporcionan y con qué carga financiera para la población), implica difíciles decisiones en términos de eficiencia, equidad y valores sociales.
Mejorar la salud y mejorar la eficiencia (definido en términos generales como cuánta salud obtiene un país con el nivel actual de gasto) son dos de las cuatro metas principales de los sistemas de salud. Por ello, la evaluación económica se ha convertido en un