La diabetes mellitus tipo 2 (DM2) es una condición crónica asociada a la resistencia a la insulina, lo que provoca el aumento de la glucemia en sangre; la progresión de la patología conduce a complicaciones en ojos, riñones, nervios, corazón, etc. Constituye un importantísimo problema de salud pública dada su gran prevalencia, originando una gran carga clínica y económica. El objetivo de su tratamiento se centra en reducir la glucemia para minimizar el progreso de la patología, evitar o retardar la aparición de complicaciones y mejorar la calidad de vida del paciente. El seguimiento de la DM2 se realiza mediante la hemoglobina glicosilada A1c, cuyos valores