Madrid, 14 de noviembre de 2019.- Un intenso programa ha permitido repasar los últimos avances en dermofarmacia, un sector que está en auge. Precisamente, el mantener la identidad como como profesional sanitario  del farmacéutico es el verdadero valor añadido de la dermofarmacia. De hecho, si hoy se considera al farmacéutico como un influencer por su conocimiento de la piel. Y así debe seguir siendo.

Partiendo de que la sociedad está cada vez más concienciada de la necesidad de llevar una vida más saludable, durante toda la jornada se recordado que el cuidado de la salud empieza por la piel.

En este sentido, se ha insistido en la rigurosa legislación europea en materia de cosméticos que, entre otros aspectos, prohíbe que sean testados en animales, y por tanto reivindicarlo en los etiquetados solo es una estrategia comercial.
En la ponencia dedicada a abordaje del paciente oncológico se ha destacado que los cosméticos y el consejo sanitario del farmacéutico pueden ayudar a sentirse mejor, pero que en todo caso se debe huir de mensajes contraproducentes como “si quieres puedes”.

La verdad sobre el uso de probióticos

Otro asunto de actualidad que ha sido objeto de debate ha sido el uso de probióticos y sus efectos sobre la piel. Partiendo de que no todas las bacterias sirven para todo, si hay estudios que demuestran que el uso de probióticos si reducen las afecciones en la piel, como la dermatitis atópica. De hecho, el aumento continuo de la dermatitis atópica desde 1970 podría estar vinculado a unas formas de vida y alimentación bajo normas estrictas de higiene que eliminan de nuestros organismos seres vivos beneficiosos, como la flora microbiana.

Desmontando mitos sobre la piel

Otra sesión se ha dedicado a desmontar mitos sobre la piel. Los expertos han recordado, por ejemplo, que el chorizo y el chocolate puro no influyen en el acné, ni lavarse mucho el pelo lo vuelve más graso. También han insistido en no dar por bueno todo lo que se ve y se lee en las redes sociales, así en la necesidad de buscar fuentes fiables.

En esta misma línea se ha recordado el inmenso poder de las redes sociales, que mediante el uso del big data pueden influir en decisiones personales que pueden afectar a nuestra salud.