Los farmacéuticos recomiendan medidas preventivas para evitar los efectos perjudiciales de la ola de calor

• Los ciudadanos pueden consultar consejos prácticos para evitar los efectos del calor excesivo en P ortalfama.com

28 de junio de 2004.- Las altas temperaturas que están sucediéndose estos días en España han puesto en alerta a algunas provincias de gran parte del país. Para evitar los efectos perjudiciales de la ola de calor es necesario seguir una serie de recomendaciones. Algunas de ellas son: a umentar la ingesta de líquidos sin esperar a tener sed, evitar bebidas alcohólicas, bebidas muy azucaradas o que contengan cafeína, evitar comidas copiosas, tomar abundantes frutas y verduras, no exponerse al sol en exceso, reducir la actividad física, descansar con frecuencia a la sombra, usar ropa ligera y holgada, permanecer en espacios ventilados o acondicionados y prestar especial atención a niños, ancianos y enfermos.

El farmacéutico, como profesional de la salud, puede ayudar tanto a las personas sanas como a aquellos grupos que presentan mayor riesgo frente a una ola de calor, realizando una serie de consejos que eviten el desarrollo de cualquier patología provocada por el calor. Así, es necesario tener en cuenta que los tratamiento con fármacos como diuréticos, ß-bloqueantes, anticolinérgicos, digitálicos y barbitúricos pueden favorecer la pérdida de líquidos o producir una elevada toxicidad en pacientes deshidratados. En caso de estar tomando algún medicamento de estos grupos, conviene extremar las precauciones y consultar al especialista. También algunas enfermedades pueden causar deshidratación o influir en el centro termorregulador hipotalámico. En este sentido, enfermedades agudas como diarrea, infecciones o quemaduras cutáneas, y crónicas como hipertensión, enfermedades mentales y obesidad, requieren unas precauciones especiales a la hora de prevenir el golpe de calor.

Cómo afecta el calor al ser humano

El ser humano dispone de distintos mecanismos para regular la temperatura corporal. Cuando el clima alcanza temperaturas muy extremas (tanto por frío como por calor), el mecanismo termorregulador se ve superado y aparecen una serie de signos y síntomas característicos. Esto ocurre fundamentalmente en niños, en ancianos y en personas con alguna patología subyacente. También puede ocurrir en personas que toman varios medicamentos como anticolinérgicos, antiparkinsonianos o diuréticos, y en ocasiones también en adultos sanos si se exceden en la exposición ambiental.

Los centros de regulación del cerebro intentan mantener la temperatura corporal dentro de unos límites, alrededor de los 37ºC. Con el ejercicio la temperatura puede aumentar a 38-39ºC sin ningún efecto perjudicial para la salud, siempre que el sistema de termorregulación mantenga su control. Los trastornos producidos por calor son el resultado del fracaso de los mecanismos fisiológicos que mantienen la temperatura corporal. Estos trastornos pueden ser calambres, agotamiento, lipotimia, y con una mayor gravedad el golpe de calor.

El golpe de calor aparece cuando el organismo pierde el control de la temperatura corporal que sube por encima de los 40,5ºC. Se caracteriza por reducción o cese de la sudoración (síntoma precoz), cefalea, mareo, confusión, taquicardia, piel caliente y seca, inconsciencia y convulsiones. Entre las complicaciones que puede provocar se incluyen síndrome de distres respiratorio del adulto, fallo renal, fallo hepático y coagulación intravascular diseminada.

En todos los casos de trastornos producidos por el calor se debe bajar la temperatura (trasladando al afectado a un lugar fresco, manteniendo la cabeza un poco alta, e intentando refrescarle), hidratar (administrando abundante agua cuando la persona esté consciente) y solicitar ayuda médica especializada.

Se adjunta informe técnico sobre los “Efectos de la ola de calor” y el protocolo de actuación del farmacéutico