
España asumió el pasado 1 de julio, la presidencia rotatoria del Consejo de la Unión Europea, que ejercerá hasta el próximo 31 de diciembre. Un mandato para el que el ministro de Sanidad, José Manuel Miñones, ya presentó en Luxemburgo las líneas generales y prioridades centradas en tres aspectos: la mejora de la protección de la población vulnerable de la Unión Europea, el impulso de iniciativas de preparación y respuesta ante nuevas alertas sanitarias, y el alineamiento de la agenda sanitaria europea con la Agenda 2030 y el enfoque de Una Sola Salud (One Health).
Previamente, en línea con los objetivos del trío del que forma España y bajo el lema “Europa, más cerca”, el 15 de junio el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, presentó las prioridades específicas del turno de Presidencia. El programa de trabajo se basará en los siguientes ejes: reindustrializar la UE y garantizar su autonomía estratégica abierta; avanzar en la transición ecológica y la adaptación medioambiental e impulsar una mayor justicia social y económica y, por último, reforzar la unidad europea.
En cuanto a las líneas de trabajo en salud, el programa subraya los siguientes objetivos:
• Fortalecimiento de la llamada Unión Europea de la Salud y de la resiliencia de los sistemas de salud accesibles para todos los ciudadanos.
• Preparación ante futuras crisis sanitarias.
• Resistencia antimicrobiana.
• Accesibilidad a los medicamentos necesarios para la salud pública.
• Estrategias de salud mental, enfermedades cardiovasculares, enfermedades raras y de salud global.
Dentro de los expedientes legislativos de mayor relevancia, se espera que sea impulsado por España el Reglamento por el que se crea el Espacio Europeo de Datos Sanitarios (EEDS). El EEDS creará una infraestructura europea interoperable permitiendo el intercambio transfronterizo de datos sanitarios para mejorar la asistencia sanitaria, así como impulsar la innovación, la investigación y la adopción de políticas sanitarias basadas en la evidencia. Otro expediente es el enfoque global de salud mental.
Además, España insistirá en la necesidad de generar un sistema de Ciencia e I+D sólido que permita construir un entorno farmacéutico estable, innovador y sostenible, con el fin de adelantarse a la enfermedad y disponer de los tratamientos que necesitan los ciudadanos de la UE, para lo que se quiere avanzar en una autonomía estratégica en materia de medicamentos. También se impulsará el desarrollo de la nueva estructura de Salud Global a nivel internacional.